Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn nació el 11 de diciembre de 1918 en Kislovodsk, (El Cáucaso, URSS). Su padre, Isaaki Solzhenitsyn, era un terrateniente de origen cosaco que murió accidentalmente seis meses antes de su nacimiento y su madre, Taissia Shchberbak, una maestra descendiente de una familia de latifundistas, que, tras perder a su marido, emigró con su bebé a Rostov del Don, para trabajar como mecanógrafa.
Durante su niñez, Aleksandr desarrolló una gran pasión por la lectura -a los 10 años ya había leído “Guerra y Paz”- y soñaba con ser escritor, pero los escasos recursos y la frágil salud de su madre no le permitieron estudiar en Moscú, por lo que acabó licenciándose en Matemáticas y Física.
En su autobiografía, recuerda que “aunque no me pareció una materia difícil de aprender, no me veía dedicándome a ello el resto de mi vida. Sin embargo, su conocimiento me salvó de la muerte”.
Pero Solzhenitsyn no renunció a su formación “de letras” y, entre 1939 y 1941, estudió por correspondencia en el Instituto de Historia, Filosofia y Literatura de Moscú.
Cárcel y destierro perpetuo por criticar a Stalin
Antes de acabar la carrera, en 1940, se casó con Natasha Alekseevna Reshetovskaia, con quien compartía sus incipientes críticas al estalinismo. Su licenciatura coincidió con el inicio de la II Guerra Mundial y, debido a su débil salud, Solzhenitsyn fue enviado al departamento de transportes del Ejército soviético, pero sus conocimientos matemáticos hicieron que lo trasladaran al frente para luchar en la unidad de artillería, llegando a participar en la batalla de Kursk, la mayor contienda de tanques de la historia.
En 1945, justo antes del final de la guerra, el escritor fue detenido en el frente de Prusia Oriental por criticar a Stalin en las cartas que envió a un amigo de la universidad. Fue condenado a ocho años de confinamiento y al destierro perpetuo.
Tras pasar por varios campos de trabajo (gulags), en 1946, gracias a sus estudios de Física y Matemáticas, Solzhenitsyn fue trasladado a un campo especial de investigación científica, que inspiró su obra “El Primer Círculo” (1968), y, cuatro años después, lo confinaron en un campo para presos políticos de Kazajistán, en el que trabajó como minero, albañil o fundidor y desarrolló un tumor que le fue extirpado.
En 1953, fue liberado, pero aún debía cumplir el destierro perpetuo y tuvo que permanecer en Kazajistán trabajando como profesor de Matemáticas y Física. Su salud se agravó, llevándole al borde de la muerte, pero, inexplicablemente, el cáncer remitió y el escritor se curó. Esta experiencia propició la creación del libro “Pabellón de cáncer” (1965) y es que Solzhenitsyn escribía en secreto y ocultaba sus cuadernos, aunque creía que jamás serían publicado.
Durante su niñez, Aleksandr desarrolló una gran pasión por la lectura -a los 10 años ya había leído “Guerra y Paz”- y soñaba con ser escritor, pero los escasos recursos y la frágil salud de su madre no le permitieron estudiar en Moscú, por lo que acabó licenciándose en Matemáticas y Física.
En su autobiografía, recuerda que “aunque no me pareció una materia difícil de aprender, no me veía dedicándome a ello el resto de mi vida. Sin embargo, su conocimiento me salvó de la muerte”.
Pero Solzhenitsyn no renunció a su formación “de letras” y, entre 1939 y 1941, estudió por correspondencia en el Instituto de Historia, Filosofia y Literatura de Moscú.
Cárcel y destierro perpetuo por criticar a Stalin
Antes de acabar la carrera, en 1940, se casó con Natasha Alekseevna Reshetovskaia, con quien compartía sus incipientes críticas al estalinismo. Su licenciatura coincidió con el inicio de la II Guerra Mundial y, debido a su débil salud, Solzhenitsyn fue enviado al departamento de transportes del Ejército soviético, pero sus conocimientos matemáticos hicieron que lo trasladaran al frente para luchar en la unidad de artillería, llegando a participar en la batalla de Kursk, la mayor contienda de tanques de la historia.
En 1945, justo antes del final de la guerra, el escritor fue detenido en el frente de Prusia Oriental por criticar a Stalin en las cartas que envió a un amigo de la universidad. Fue condenado a ocho años de confinamiento y al destierro perpetuo.
Tras pasar por varios campos de trabajo (gulags), en 1946, gracias a sus estudios de Física y Matemáticas, Solzhenitsyn fue trasladado a un campo especial de investigación científica, que inspiró su obra “El Primer Círculo” (1968), y, cuatro años después, lo confinaron en un campo para presos políticos de Kazajistán, en el que trabajó como minero, albañil o fundidor y desarrolló un tumor que le fue extirpado.
En 1953, fue liberado, pero aún debía cumplir el destierro perpetuo y tuvo que permanecer en Kazajistán trabajando como profesor de Matemáticas y Física. Su salud se agravó, llevándole al borde de la muerte, pero, inexplicablemente, el cáncer remitió y el escritor se curó. Esta experiencia propició la creación del libro “Pabellón de cáncer” (1965) y es que Solzhenitsyn escribía en secreto y ocultaba sus cuadernos, aunque creía que jamás serían publicado.
En esa etapa, volvió a retomar contacto epistolar con su ex mujer, de quien se había divorciado durante su encierro, y, liberado en 1956, se volvió a casar con ella. Sus obras fueron prohibidas durante mucho tiempo, pero gracias a la apertura propiciada por Nikita Krushchev, se atrevió a publicar, en 1962, “Un día en la vida de Iván Denisovich”, la historia de un prisionero que hizo que, dentro y fuera de la URSS, se considerara al escritor como “La conciencia del país”. Pero la apertura duró poco y mientras algunos de sus manuscritos se publicaban en el extranjero, el KGB le confiscaba otros.
En 1970, le fue concedido el premio Nobel de Literatura, pero renunció a recogerlo por temor a no poder regresar a la URSS y perder para siempre el inmenso trabajo que llevaba escribiendo y escondiendo desde 1958: “Archipiélago Gulag”, la más compleja, crítica y exitosa de sus obras.
A lo largo de más de mil páginas escritas a mano, Solzhenitsyn ofrecía un retrato escalofriante del sistema carcelario y de los campos de trabajo en la Unión Soviética, basándose en su propia experiencia y en las de otros 227 testigos a los que entrevistó. Para evitar la censura, enterró algunos capítulos en el huerto de su dacha -casa de campo rusa- y otros, se los escondieron sus amigos.Torturaron a su secretaria
Tras divorciarse nuevamente en 1972, Aleksandr se volvió a casar al año siguiente con Natasha Svetlova, madre de sus tres hijos, Yermolai, Stephan e Ignat. Ella y su secretaria, Elizabeta Denisovna, mecanografiaron toda la obra y Solzhenitsyn dio órdenes a sus amigos para que destruyesen las copias que tenían.
Un chivatazo llegó al KGB, cuyos agentes torturaron a Denisovna hasta que confesó y les entregó uno de los escritos que no había quemado, desoyendo las directrices de Aleksandr.
Tras el interrogatorio, Elizabeta se suicidó. Destrozado, Solzhenitzyn escribió en la primera página: “Durante años me abstuve de publicar este libro, ya terminado. El deber para los que aún vivían podía más que el deber para con los muertos. Pero ahora, cuando pese a todo, ha caído en manos de la Seguridad del Estado, no me queda más remedio que publicarlo inmediatamente”.
Una grabación magnetofónica de la obra realizada por su esposa llegó a una editorial francesa, que la publicó en 1973. La prensa estatal y las autoridades cayeron sobre el autor, quien, acusado de traición, fue expulsado de la URSS el 13 de febrero de 1974, privado de la ciudadanía soviética y deportado a Alemania Oriental.
En 1976, se mudó a Estados Unidos, refugiándose en una granja de Vermont. Desde su vida de ermitaño, junto a su mujer y sus tres hijos, siguió siendo igual de crítico con el sistema comunista en obras como “El roble y el ternero” o “El peligro mortal”.
En 1970, le fue concedido el premio Nobel de Literatura, pero renunció a recogerlo por temor a no poder regresar a la URSS y perder para siempre el inmenso trabajo que llevaba escribiendo y escondiendo desde 1958: “Archipiélago Gulag”, la más compleja, crítica y exitosa de sus obras.
A lo largo de más de mil páginas escritas a mano, Solzhenitsyn ofrecía un retrato escalofriante del sistema carcelario y de los campos de trabajo en la Unión Soviética, basándose en su propia experiencia y en las de otros 227 testigos a los que entrevistó. Para evitar la censura, enterró algunos capítulos en el huerto de su dacha -casa de campo rusa- y otros, se los escondieron sus amigos.Torturaron a su secretaria
Tras divorciarse nuevamente en 1972, Aleksandr se volvió a casar al año siguiente con Natasha Svetlova, madre de sus tres hijos, Yermolai, Stephan e Ignat. Ella y su secretaria, Elizabeta Denisovna, mecanografiaron toda la obra y Solzhenitsyn dio órdenes a sus amigos para que destruyesen las copias que tenían.
Un chivatazo llegó al KGB, cuyos agentes torturaron a Denisovna hasta que confesó y les entregó uno de los escritos que no había quemado, desoyendo las directrices de Aleksandr.
Tras el interrogatorio, Elizabeta se suicidó. Destrozado, Solzhenitzyn escribió en la primera página: “Durante años me abstuve de publicar este libro, ya terminado. El deber para los que aún vivían podía más que el deber para con los muertos. Pero ahora, cuando pese a todo, ha caído en manos de la Seguridad del Estado, no me queda más remedio que publicarlo inmediatamente”.
Una grabación magnetofónica de la obra realizada por su esposa llegó a una editorial francesa, que la publicó en 1973. La prensa estatal y las autoridades cayeron sobre el autor, quien, acusado de traición, fue expulsado de la URSS el 13 de febrero de 1974, privado de la ciudadanía soviética y deportado a Alemania Oriental.
En 1976, se mudó a Estados Unidos, refugiándose en una granja de Vermont. Desde su vida de ermitaño, junto a su mujer y sus tres hijos, siguió siendo igual de crítico con el sistema comunista en obras como “El roble y el ternero” o “El peligro mortal”.
En 1989, con la llegada al poder de Mijail Gorbachov y su “perestroika”, Solzhenitzyn volvió a ser un autor publicable en su país. Un año después, le devolvieron la ciudadanía y empezaron a preparar su regreso. Tras la desaparición de la Unión Soviética, el autor volvió a Moscú, donde fue nombrado “gran hijo de Rusia”, pero, lejos de acomodarse, siguió escribiendo e, incluso, tuvo su propio programa de televisión donde se mostraba muy crítico con occidente y con la evolución de la Rusia postsoviética, abogando por una vuelta a los valores morales tradicionales.
El año pasado fue condecorado por el entonces presidente Vladimir Putin con el Premio Nacional Ruso, pero en los últimos tiempos su salud se había resentido y lo recibió en su casa a las afueras de Moscú en silla de ruedas. Para el mes de diciembre se preparaba una gran celebración por su 90º cumpleaños, pero el pasado 3 de agosto, un ataque al corazón acabó con su vida.
La Academia de Ciencias de Moscú acogió la capilla ardiente del Premio Nobel y disidente del régimen comunista, que fue despedido con honores de Estado ante la presencia de su familia y del Primer Ministro, Vladimir Putin.
El año pasado fue condecorado por el entonces presidente Vladimir Putin con el Premio Nacional Ruso, pero en los últimos tiempos su salud se había resentido y lo recibió en su casa a las afueras de Moscú en silla de ruedas. Para el mes de diciembre se preparaba una gran celebración por su 90º cumpleaños, pero el pasado 3 de agosto, un ataque al corazón acabó con su vida.
La Academia de Ciencias de Moscú acogió la capilla ardiente del Premio Nobel y disidente del régimen comunista, que fue despedido con honores de Estado ante la presencia de su familia y del Primer Ministro, Vladimir Putin.
Alejandro
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