Hace cien años que un monarca pisó por primera vez tierras canarias. Alfonso XIII, el abuelo de Don Juan Carlos, arribó en las Islas en marzo de 1906, ante el clamor popular y con el objetivo de conocer las necesidades y problemas del Archipiélago, además de acercar a los isleños a la Monarquía y aplacar posibles movimientos independentistas. Con motivo del centenario, el Parlamento de Canarias ha organizado un ciclo de conferencias que se impartirán, hasta el mes de diciembre en las siete islas, por prestigiosos conocedores de la Monarquía española, tanto del panorama nacional como internacional. Además de las conferencias, se ha programado una exposición fotográfica sobre la visita de Alfonso XIII, que será exhibida también en todas las islas. Y es que la presencia del monarca supuso uno de los grandes acontecimientos del siglo pasado y las Islas se engalanaron.
El Rey, de sólo veinte años y poco antes de contraer matrimonio con Eugenia de Battenberg, partió hacia desde Cádiz en un barco de vapor, el Alfonso XIII, acompañado por su hermana la infanta María Teresa y su esposo, Fernando María de Baviera. La travesía duró dos días y su primera escala fue en la isla de Tenerife. Todo estaba preparado para su llegada, una espléndida iluminación y banderas adornaban los balcones y azoteas. Los vecinos arrojaban flores al paso de la comitiva y todos querían saludar al joven monarca. Alfonso XIII visitó Santa Cruz, La Laguna y varios pueblos del norte de la Isla, como La Orotava, donde contempló las grandes plantaciones de plátanos. Según cuenta el conde de Romanones, la primera impresión del joven soberano sobre las Islas no podía ser mejor.
alejandro
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario